lunes, marzo 12, 2007

A través del desierto

Hacía tiempo que no hablaba yo de un juego de Knizia. Y mi subconsciente eso no me lo perdona. Así que, después de haber echado una partidita este fin de semana (con dos no jugones, por cierto, a los que les ha gustado bastante), he recordado que aún no había escrito sobre este clásico.


A través del desierto, o Through the desert o Durch die Wüste, es un juego que permite ser disfrutado desde dos personas hasta cinco. Y aunque está ambientado en un desierto y con el tema de las rutas de los camellos, se puede considerar realmente como un abstracto más. Su duración fluctúa entre los 30 y los 45 minutos aproximadamente.

El funcionamiento del juego es bastante sencillo en cuanto a las instrucciones. En cuanto a la estrategia...ah, amigo, eso es otro cantar.

Ojo con los camellos

En este juego, sólo hay unos pocos componentes fundamentales para comprender el juego: un tablero que representa un desierto con casillas hexagonales, un montón de camellos de colores pastel, unas palmeritas que ocupan ciertas posiciones en el tablero y unos oasis que representan puntos (los hay de 1, 2 y 3). Además, hay unas figuritas, jinetes para los camellos, de cinco colores.
Así funciona

Lo primero que hay que entender es que los camellos no son de ningún jugador. Todos los jugadores juegan con todos los tipos de camellos. Lo que distingue a unos jugadores de otros son los colores de los jinetes que se ponen encima del camello inicial de cada color.

El juego consiste en acumular puntos. Quien más puntos tenga al final, gana la partida. ¿Cómo se ganan los puntos? Sólo hay una forma (aunque dentro de ella hay varias fórmulas): creando rutas de camellos.

El juego comienza con la colocación inicial estratégica de cada uno de los camellos iniciales (los de los jinetes) en cualquier casilla libre del tablero (siempre que no toque una palmera). Esta parte es fundamental y recuerda a la colocación de los poblados iniciales en el Catán, ya que determinará tu actuación de futuro. Cada uno va poniendo un camello con su jinete hasta que todos están sobre la mesa.

A la hora de su colocación, has de tener en cuenta qué es lo que buscas y para qué. O sea, las reglas del juego. Como decíamos, hay que ir haciendo rutas de camellos. El funcionamiento es el siguiente: en cada turno, has de colocar dos camellos (iguales o de distinto color) sobre el tablero cumpliendo las normas pertinentes; has de ponerlos en una casilla vacía o sobre un oasis (cogiendo así los puntos que éste marque), y has de ponerlos adyacentes a otros camellos de ese mismo color y que pertenezcan a una ruta tuya (o sea, con el jinete de tu color en esa ruta). Además, no puede tocar nunca una ruta tuya de un color con una ruta del mismo color y de otro jinete. Sí pueden tocar si son de otro color.

Ganando puntos
Y ya está. Eso sí, hay que tener en cuenta cómo se ganan los puntos: además de ir cogiendo los oasis, cada vez que una caravana tuya toque (por primera vez) una palmera, conseguirás una ficha de cinco puntos extra. Al final del juego, además, se contarán los camellos que forman las rutas de cada uno de los jugadores y las más largas de cada color se llevarán 10 puntos extra. En caso de empate, cinco cada uno.

Ah, otra cosa importante: si un jugador consigue ir acotando partes del tablero de forma que una caravana de su color toca dos límites del tablero formando "eles" o similares y no hay ningún camello de por medio, todos los oasis que haya en medio serán para él y, además, todos los espacios que conformen ese "chiringuito" sumarán un punto extra al final.

El juego termina cuando se acaban todos los camellos de alguno de los colores.

Choque visual

Si algo destaca sobre el resto en A través del desierto es el aspecto visual. Odiado por muchos y amado por otros, el sorprendente tono pastel de los camellitos no deja indiferente a nadie. El tablero es feo de narices, para qué nos vamos a engañar. Pero los camellos molan un puñao (te gusten o no los colores, la bolsita con decenas de bichos de estos es un punto a favor). Las fichitas, resultonas. La caja, si es la alemana, es enorme, exagerada (tamaño Catán o Genial) y también pastel. Si es la española, es pequeñita y mucho más inteligente.

Consejos

* Decide muy bien y sin prisa dónde pones tus camellos iniciales. Si los pones cerca de otro camello del mismo color, es probable que uno u otro le corte el paso a su rival.
* Ponte cerca de la palmeras siempre que puedas. Cinco puntos son muchos.
* Sí, lógicamente, hay que ir a por los oasis de tres puntos. Pero no te cebes. No podrás coger todos a la primera; recuerda que sólo puedes poner dos camellos en el primer turno (si empezaste a colocar, de hecho, sólo uno). Mira más allá que de ese primer turno.
* No renuncies a las zonas aparentemente muertas: quizá son el reducto ideal para hacerte tus "chiringuitos".
* Sé agresivo sólo si tienes claro por qué lo estás haciendo. No jorobes por jorobar, será contraproducente.
* El juego termina cuando los jugadores quieren. Intenta ser tú el que decide cuándo ha de terminar: si vas bien y crees que ganas, ve a terminar todos los camellos de un color. Si es al revés, juega de forma que evites que el otro pueda terminar a su gusto.
* Es fundamental que consigas, al menos, tener la ruta más larga de alguno de los colores. Si no, lo llevas crudo. Y evita siempre que puedas que alguien consiga dos mayorías (si alguien consigue tres -fuera de un juego de dos jugadores, claro-, tiene la victoria en sus manos).

Conclusiones

Creo que se trata de un juego imprescindible, uno de los mejores y más equilibrados del maestro Knizia. Funciona perfectamente para dos aunque con cuatro jugadores alcanza un alto nivel de tensión y falta de espacios que parece más interesante. Es un juego básicamente estratégico, ya que puedes decidir qué ir haciendo desde el principio pensando a largo plazo, pero las decisiones del rival pueden hacerte cambiar y provocar un giro a lo táctico muy interesante.

Se trata de un juego en el que el "factor puteo" es tan elevado como las ganas que haya por parte del respetable. Si se quiere ir a evitar que el otro crezca por cierto lado, se puede y, muchas veces, se debe hacer. Pero, ojo, como sólo se pueden poner dos camellitos por turno, no es fácil llegar a todos los sitios a los que gustaría. Las elecciones sabias son fundamentales. Hay que saber renunciar a muchos dulces para comerse el pastel entero.

En mi opinión, el precio que tiene el juego lo convierte en una compra casi indispensable.

Es un juego, totalmente independiente del idioma (no hay ni una sola letra en ninguna lengua), que me ha funcionado para introducir a neófitos en el tema (hasta mis padres cayeron, qué cosas) y que, como suele ser habitual, también es verdad, recomiendo encarecidamente.

Además, como curiosidad, me hice con él gracias a un trueque (bueno, fue una compra en realidad) improvisado y sobre la marcha con un usuario de la bsk en la bella localidad alicantina de Altea, todo un paraíso para mis neuronas en el que, por cierto, he disfrutado de grandes partidas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
Buena reseña, a mi me parece también un juego magnífico. Creo que quedaría más claro si llamaras pozos a lo que llamas oasis, y oasis a lo que llamas palmeritas... bueno, no, creo que así es como lo llaman en las reglas, pero de hecho, creo que tú lo has dejado más claro.
Curiosidad ¿Samurai o Camellos?

Pedrojar dijo...

Gracias, javi36. Lo de la nomenclatura, es curioso, yo pensaba lo mismo según lo escribía, jeje. Pero creía recordar que así venía en las reglas y por eso lo he dejado... Si alguien lo ve raro, lo cambio.

Y lo de Samurai o Camellos... como diría Van Gaal: "Tú eges maaalo". No sé qué decir, no.
Veamos: dos knizias con componentes sorprendentes, equilibrados, aptos para dos jugadores en adelante, tema bastante abstracto, duración similar, comecocos (en el sentido de estrujarse las neuronas)...

Si tengo que decidir, creo que Samurai es "mejor juego": elegante, sencillo y tenso.
Sin embargo, el Camellos es más familiar.

Saludos¡¡

Anónimo dijo...

Aunque en mi grupo de amigos tenemos unos cuantos juegos, la mayoría de las partidas son al "Catan". ¿Creéis que este juego puede ser una alternativa o es más de los mismo?

Me ha dado la impresión de que la mecánica de juego se parece bastante.

Pedrojar dijo...

No, jose, tranquilo. No tiene nada que ver con el Catán más allá de la colocación inicial. Ni hay comercio, ni azar, ni dados...
Es un juego totalmente distinto. Además, a mí me parece bastante bueno para seguir introduciendo a gente en este mundillo.

Yo te lo recomendaría.

Anónimo dijo...

Gracias por el consejo, Pedrojar.