lunes, septiembre 03, 2007

Compras veraniegas


Ya estamos de vuelta del verano. Y ya es hora de ir recuperando la vidilla en este blog que, ni mucho menos, está dejado de lado. Sólo ha sido una pausa veraniega.

Y toca hablar de lo que se puede denominar la segunda fase de mi experiencia de compras de Eurogames por su Alemania natal y países colindantes. Lo cierto es que, aunque pueda parecer que elijo mis destinos vacacionales en Alemania por una razón obvia, no es más que la casualidad lo que me ha llevado de nuevo a tierras teutonas (gran palabra). Eso sí, una vez allí, o en sus proximidades, estaba claro que el chip que lleva mi cerebro unineuronal capaz de detectar jugueterías en el lugar más recóndito o polígono más alejado iba a estar automáticamente en on durante todo el tiempo que fuera posible.

Si el año pasado mi visita ocupó todo el lateral oeste de Alemania, en esta ocasión mi destino era justo el opuesto. Y, de hecho, Deustchland tocaba de refilón. Mi primer lugar de llegada fue Milán (exactamente, Bérgamo -culpa de las líneas aéreas de bajo coste; benditas sean-). Pero sólo era de paso (culpa de las líneas aéres de bajo coste; benditas sean II). Desde ahí, nos adentraríamos (mi conciencia incluida) previo alquiler de vehículo en la bella Suiza. Tan verde y tan lluviosa como uno se la espera (bueno, quizá sí tan verde pero no tan lluviosa... no vimos el sol en cuatro días).

Suiza no es el país del eurogamer. Una lástima. Y mira que está cerquita, eh, pero que no. Cuanto más al norte vayas, cuanto más te adentres en los cantones de habla germánica, más te vas encontrando, eso es verdad. Pero no merece la pena. Entre que los precios están en francos suizos y que el nivel de vida helvético es como "pa mearse y no echar gota", pues como que lo mejor era ni mirar en los supermercados o jugueterías.

Pero, ah amigos, la gracia que tienen los viajes de esta calaña en los que me veo inmerso es que todos los caminos llevan a Alemania. En este caso, a Múnich. Múnich es una ciudad chula y enorme (sobre todo si te da por perderte en ella buscando un hotel). Ah, y lluviosa en agosto, también. Pero tiene la gran ventaja (quién lo iba a decir) de que estaba en Alemania. Y eso, para mí, es suficiente.
Para empezar, tiene una juguetería (Obletter's ) megahiperfamosa que es algo así como gigante. Y, claro, había que ir. Una vez allí, mola estar dentro. Tienen casi todo lo que tienen que tener, eso es verdad. Pero para el típico tocapelotas buscaofertas ludópata de tablero como yo, no es el sitio ideal para las compras. Los precios, que no están mal, no son menores que comprando por Internet. Así que, no cayó nada.

Pero lo mejor estaba por venir. A sabiendas de que el año pasado me encontré con alguna que otra oferta en los grandes almacenes tipo Galerías y Corte Inglés, pues me acerqué. Y menos mal que lo hice. Si no es por mi ya habitual sobrecarga de peso en contraposición a la capacidad permitida por las benditas compañías aéreas de bajo coste, me habría llevado hasta a la vendedora teutona.

No sé qué tienen con los juegos de Queen Games, pero, oiga, que los regalan por aquellos lares. Todos los de la caja pequeña (Aton, Inca, Architecton...), a 5 euros. Y yo con estos pelos (que significa: y yo, que ya tengo los que me interesan...). Alguna que otra rareza que ahora me arrepiento de haber comprado (Don), a 5 euros también. Y otros de los grandes o de otras editoriales a 10 o 15 euros (cuando su precio suele superar los 30). De entre esos, cayó sin ningún tipo de duda un Tombouctou. Que anda que no le tenía ganas. Y por 15 euros. Menuda ganga. Ah, también me llevé un Alexandros a 5 euro (sí, lo que suele valer por Internet, pero sin gastos de envío....y, coño, a 5 euros¡¡¡).

Me fui picado porque había algún que otro juego a 15 euros que merecía la pena... Pero eran cajas grandes y pesadas... Lástima.

Y de Múnich, casi sin darnos cuenta, dimos el salto hacia Austria camino Viena. Y mis esperanzas jueguiles se iban desvaneciendo: viendo cómo había sido la cosa en Suiza, en Austria me esperaba más de lo mismo. Sin embargo, la realidad suele superar a la ficción y, sobre todo, a los tíos cenizos como yo.
Así, sin esperarlo, llegué a Viena. Y el sol, cinco días después, nos recibió con los rayos abiertos (qué bello recurso literario eh...). Y con mucho más. Porque hoy, sin que nadie lo pudiera imaginar y sin que yo mismo me lo pueda creer, declaro, insigne, a la histórica villa de Viena, capital mundial del Eurogame. Como lo oyes. Que sí. Que está lleno de jugueterías con juegos alemanes (paradojas de la vida) y que se encuentran chollos a go-go. Ya te digo. Y yo sin espacio en la maleta. Pa habernos matao.

Lo cierto es que tampoco os creáis que aquello es el paraíso, que no es para tanto. Yo es que soy hiperbólico en general, que si un escritor no exagera, a dónde vamos a llegar. Hay un montón de jugueterías (en el centro histórico incluso), pero allí los precios son normalitos. Nada especial y nada de ofertas.

Sin embargo, hay una zona, cerca de la Europaplatz (que es donde estaba mi hotel y que no descubrí hasta el último minuto en el que cerraban las tiendas...maldita sea...y yo ya me iba al día siguiente), llena de tiendas de juegos. Quizá habrá 4 o así en una calle de unos 500 metros. Daba gusto. En ellas, pues ni pude entrar por la hora (allí cierran cuando aquí abrimos, casi, que son europeos). Pero esto, sigue sin ser lo mejor. Lo mejor fue el descubrimiento de un lugar, de una especie de hiper, que se llamaba Müller. Como el torpedo. Sí, señor. Y tenía pinta de habar muchos por el país. Pues ese lugar, que es una especie de Corte Inglés en pequeño, tenía una planta de juguetería. Y, allí, juguetes. Y, con los juguetes, precios normales. Y, rebuscando, ofertoooooones. En un aparte y casi de refilón hallé mis tesssoros.
Peeeero, de nuevo la falta de espacio no me permitió llevarme más de lo que debía y me tuve que conformar, y lo hice, con un Coyote (bueno, un Pow-Wow) a 10 euros. Y con un juego de Knizia para dos de Kosmos que me ha encantado: Auf der Reeperbahn a 7 euros. Otro chollo. Eso sí, mi subconsciente aún me apalea, normal, por no haberme llevado un Beowulf a 15 euros y un Australia al mismo precio. Cosas que tiene la vida.

Antes de salir de Austria por el sur y de camino a Venecia, me encontré casi sin querer con un Toys'r Us. Y también daba gusto estar por allí. De nuevo, el paraíso de Queen Games. Había, por cierto, un par de juegos que ni reconocí y que tenían el logo de Queen Games pero que tenían más años que la tana. Y a 10 euros. Pero sus cajas eran gigantes y me auto paré los pies. Había cosas más que interesantes pero sólo me llevé un pack de tres expansiones del Alhambra por 20 euros (otro chollazo, ciertamente).

Y hasta ahí puedo leer. Luego, ni en Venecia, ni en Florencia... Nada. Tampoco busqué mucho por allí, la verdad.
Eso sí, me pasó una de esas cosas curiosas que nunca olvidas y que nunca sabes qué habría pasado si hubiera hecho lo que pensé.

Andábamos por San Gimignano, un pueblo medieval sito en medio de la preciosa región de la Toscana que, por cierto, es uno de los mejores lugares que he visto en mi vida. Impresionante. Y, allí, para buscar una buena vista del paisaje y alejarnos del mundanal ruido de los turistas, salimos por una calle paralela. En esa calle, callada, huérfana de gente, empedrada, rodeada de casas centenarias y con mucho encanto, con olor a jazmin o similar, de repente, una puerta abierta. Y el instinto cotilla que te hace mirar. Y miras. Y ves a dos tipos y una especie de almacén. Y miras con más interés. Y ves que el almacén está lleno de estanterías. Y que las estanterías tienen cajas cuadradas y rectangulares de colores. Y miras más. Y las cajas tienen dibujos y fotografías que te suenan. Y no te lo puedes creer. Le dices a tu conciencia que pare un segundo, y miras mejor. Y te miran en plan: ¿y este qué mira?. Y me pongo a andar, y pienso: "joder, creo que he visto como cuatro Cluedos, un par de Risiko y cajas que me suenan un montón". Y me voy pensando: "¿y si vuelvo y pregunto? ¿Y si era algún club de aficionados de juegos? ¿Y si era la colección de juegos de algún famoso diseñador?".

Nunca lo sabré.

5 comentarios:

Harapos dijo...

¡Pero qué bien escribes!

Has hecho bien en quedarte con la incógnita del portal mágico. Lo mismo era la guarida de un EuroPapá Noel revolucinario que está acumulando juegos de mesa para hacer de las navidades un lugar realmente feliz :D

O lo mismo usan las cajas de juegos usados para incubar huevos de codorniz. ¡Mejor no saberlo! Estas navidades se desvelará la incógnita.

Harapos dijo...

He puesto "lugar" donde debería haber escrito "época"....

Pedrojar dijo...

Harapos, mil gracias por el cumplido. Aún estoy sonrojado (y eso que no me lo merezco).

Da gusto escribir sabiendo que hay lectores fieles e interesados.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Bueno chico...

Después de habernos conocido en Córdoba, gran fin de semana donde los haya, por fin me animo a escribirte y a felicitartge por este gran blog que es el tuyo....

La cuestión es que estamos planeando una ruta para las vacaciones del año por toda centroeuropa (Alemania, Chequia, Austria...) y como no podía ser de otro modo tengo que traerme algo en la mochila, dígase eurogames por supuesto.

Viendo cómo están esos lares en cuanto a juegos de Queen Games y que en mi ludoteca sólo tengo un solitario Alhambra que está pidiendo a gritos compañía, estaría interesado en conocer los datos para dar con ese sitio que es la panacea Queengamiana. De los que mencionas prácticamente me los llevaría todos.... ;-)

Pedrojar dijo...

Jeje... Encantado de conocerte también, Korfu. Fue un placer esa partidita que noes echamos al Lobo (pese a que no jugáramos todo lo bien que debiéramos...).

Tu viaje tiene muy buena pinta... seguro que descubres lugares increíbles.
En cuanto a lo de Queen, la verdad es que en general es en cualquier sitio. Los Toys`r us suelen tener un buen surtido y a precios muuuy jugosos.

Pero, sobre todo, verás que en Alemania en todas las grandes ciudades (incluso medianas) hay una especie de Corte Inglés y una especie de Galerías Preciados (los identificarás desde lejos, son típicos). Uno se llama Karstaad o algo así y otro Galería Kauhoff o similar. Creo que fue el Karstaad donde más triunfé. Y fue en Munich (en la calle principal turística, peatonal. No tiene pérdida). Pero no lo recuerdo muy bien. Pásate por los dos...
Suele haber una zona como de saldos que es donde están esas cosas. En las estanterías están a precios normales...

Mucha suerte¡¡